07/05/2020

Consagración Total a María, según el método de San Luis María Grignion de Montfort

 

Método de Consagración de sí mismo a Jesucristo, Sabiduría Encarnada, por medio de María

 

¡Oh Jesús, Sabiduría eterna y encarnada!, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre virgen! Te adoro en la gloria del Padre, durante la eternidad y en el seno virginal de María, tu Madre, en el tiempo de tu Encarnación.

Te doy gracias porque, anonadándote, haz venido al mundo –hombre entre los hombres y servidor del Padre– para librarme de la esclavitud del pecado.

Te alabo y glorifico Señor, porque te dignaste  someterte  por  obediencia amorosa a María, para hacerme fiel discípulo suyo. Desgraciadamente, no he guardado los votos y promesas de mi bautismo y no soy digno de llamarme hijo de Dios. Por ello, acudo a la misericordiosa intercesión de tu Madre, esperando obtener por su ayuda el perdón de mis pecados y una continua comunión contigo, Oh Sabiduría Encarnada!

Por eso recurro a la intercesión y a la misericordia de vuestra Santísima madre, que me has dado como medidora ante Vos, y por su intermedio espero obtener  la contrición y el perdón de mis pecados, la adquisición y la conservación de la Sabiduría.

Te saludo, pues, oh María Inmaculada, templo viviente de Dios: en ti ha puesto su morada la Sabiduría Eterna para recibir la adoración de los ángeles y de los hombres. Te saludo, oh Reina del cielo y de la tierra: a ti están sometidas todas las criaturas. Te saludo, refugio seguro de los pecadores: todos experimentan tu gran misericordia. Acepta los anhelos que tengo de la Divina Sabiduría y mi consagración total.

Yo, (diga su nombre), pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en tus manos los votos  bautismales. Renuncio a Satanás, a sus seducciones, a sus pompas y a sus obras, y me consagro a Jesucristo, Sabiduría Encarnada,  para llevar mi cruz en su seguimiento todos los días de mi vida, a fin de que le sea más fiel de lo que hasta aquí he sido. En presencia de toda la corte celestial, te elijo en este día por mi Madre y Maestra. Me entrego y consagro a ti, como tu esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis posesiones tanto internas como externas, incluso el valor de todas mis buenas acciones, pasadas, presentes y futuras, dejando en ti, el entero y completo derecho de disponer de mi, y todo lo que me pertenece, sin excepción, de acuerdo a tu voluntad, para mayor gloria de Dios en el tiempo y en la eternidad.

¡Oh Madre admirable!  Acepta esta pequeña ofrenda de mi vida y preséntala a tu Hijo, en calidad de esclavo eterno, a fin de que habiéndome rescatado por Vos, me reciba por Vos. En adelante, deseo honrarte y obedecerte en todo como verdadero esclavo tuyo.

¡Madre de misericordia!, alcánzame la verdadera Sabiduría de Dios, y de contarme entre el número de los que Vos amas, enseñas, conduces, alimentas y proteges como a hijos y esclavos tuyos. ¡Oh Virgen Fiel!, hazme en todas las cosas tan perfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría Encarnada Jesucristo, vuestro Hijo, que llegue, por vuestra intercesión, a ejemplo vuestro, a la plenitud de su edad sobre la tierra y de su gloria en el cielo. Amén. Amén ¡Totus Tuus!

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